miércoles, 25 de febrero de 2009

Los teléfonos móviles


No podía imaginar en su momento el sueño de Graham Bell que el día que dio a conocer al mundo ese rudimentario teléfono que se cogía con dos manos, terminaría sufriendo una de las evoluciones más grandes de la historia. De hecho si comparamos un televisor de los años 20 con uno del 2005 podemos adivinar que se trata del mismo aparato en diferentes épocas, pero no ocurre lo mismo cuando situamos juntos estos dos aparatos, nadie diría que representan el antes y el después de un mismo producto.

Si echamos una ojeada al gráfico adjuntado vemos que junto al dvd, el teléfono móvil es la tecnología que más ha expandido su crecimiento en el último año, siendo la 3ª tecnología más representativa en los hogares españoles por detrás de la televisión y el teléfono fijo. El teléfono móvil ha creado una auténtica revolución en muy pocos años, como todas las tecnologías, en sus nacimientos, rara (y adinerada) era la persona que se lo podía permitir. Y como todas las nuevas tecnologías han ido ampliando su campo de acción, en un principio los empresarios y ejecutivos que por verdadera necesidad lo necesitaban eran los únicos que lo llevaban, y ya nos sorprendía encontrar a un hombre trajeado con la raya al lado y con una especie de "walky talky" diminuto (nuestro concepto de lo que es diminuto y lo que no también ha variado con el paso de los años). Sin embargo, como por arte de magia, su uso se fue extendiendo hacia más campos, familias, gente de a pie, y por último su gran filón, los adolescentes. Aunque cada vez los adolescentes que comienzan teniendo móvil son menos adolescentes para ser mas niños y habrá que empezar a decir que los bebés no vienen con un pan debajo del brazo, sino con un teléfono móvil.
El impacto de los móviles ha sido enorme, sin embargo en los jóvenes es en quienes más se puede percibir. La dependencia por los móviles se ha convertido en algo enfermizo, y no lo digo en sentido figurado, ya que esta dependencia cada vez es tratada por más psicólogos (trataré el tema con profesionalidad y no sonreiré ante la inevitable avalancha de nuevos pacientes que contribuirán a que nuestro índice de paro sea menor). Lo triste de la situación, es que esta dependencia es vista como lógica, y mientras que antes el joven con móvil era considerado como "pijo", el que no lo tiene ahora es considerado como "raro". Me voy a abstener de comparar el pasado y el presente en relación con los móviles porque resulta demasiado evidente, pero es claro que los móviles han cambiado nuestra vida, y nos han hecho necesitar de cosas que antes no sabíamos ni que existían. La estrategia seguida por las compañías de móviles ha sido cuanto menos sagaz, pues han conseguido que los móviles (cuya función era tener las mismas prestaciones que un teléfono fijo, pero en cualquier lugar del mundo y pudiéndolo llevar a donde quisiéramos) se parezcan cada vez menos a móviles y nos hace que a veces preguntemos irónicamente: "y también sirve para llamar y todo?". Los móviles son ahora todo menos teléfono, son reloj, agenda, cámara de fotos, cámara de vídeo, navegador de internet, mp3, consola de videojuegos...
La sensación que damos con el teléfono móvil es de una inutilidad total. "Se me ha acabado la batería, ¿y ahora qué hago?", simplemente hay que pensar, ¿qué habrías hecho hace 10 años? Y la respuesta vendrá a la cabeza como por arte de magia. Las nuevas tecnologías han de ser un instrumento que nosotros utilicemos para hacernos la vida más fácil y más cómoda. Sin embargo, tecnologías como el teléfono móvil hacen que parezca que el instrumento somos nosotros y que sin ellos no sepamos a donde ir porque es como si nos faltara una pierna y no pudiéramos ni andar cuando nos falta el móvil. Se trata de la tecnología de la que más se depende, y a veces me vienen arcadas cuando presencio una conversación de niños y niñas de 13 años, a los que a veces da ganas de decirles eso que hemos oído siempre en nuestros padres, "a estos les daba yo un pico y una pala, ya verías como se espabilaban".
Los teléfonos móviles han constituido para los jóvenes un sitio más donde encerrarse, el lugar idóneo para guardar su intimidad y refugiarse de los padres y de todo aquello por lo que se sienten incomprendidos. Con todo esto se ha llegado a generar un lenguaje, que nació como abreviatura para poder mandar mas contenido en los mensajes de texto (más conocidos ahora como sms), que cada vez se parece menos a un lenguaje coherente. He llegado a leer auténticas bestialidades y faltas de ortografía que habrían ocupado menos caracteres si se hubieran escrito como viene en el diccionario de la RAE. Lo sangrante, es que esas abreviaturas las he visto escritas en trabajos y exámenes, y muchos profesores las leen como si tal cosa. Pero sin embargo lo que más me sorprendió es que el otro día, caminando por un centro comercial, encontré lo que jamás pensé que podrían ver mis ojos, un diccionario para entender las abreviaturas de los sms. Esto da que pensar, parece que si los adultos no se entienden con sus jóvenes es porque no quieren, porque por un módico precio tienen la llave que les llevará a comprender el rebuscado lenguaje que utilizan sus hijos, y una vez que se entiendan ya no habrá problemas y no habrá más conflictos familiares y todo el mundo será perfecto, y entonces se declarará la paz mundial. En fin, por mi parte no pienso hacer apología del analfabetismo y no pienso invertir ni un céntimo en estos libros engañabobos. Además, si me compro eso, al final no ahorraré nunca para el móvil de generación que quiero comprarme. Es inevitable. "Yo sy 1vctma + d ls nvas tcnlgías"

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